Un Fabuloso Cadillac; el Sueño Comienza...

Y se fue el 2010. Plagado de emociones y de increíbles momentos, el mejor año de mi vida termino coronado por una lluvia de fuegos artificiales que iluminaron el cielo y el mar durante varios minutos. Pero no fue solo una despedida, fue la bienvenida de un nuevo año que comienza y que ya se postula como inolvidable...

Los pequeños carteles pegados en los supermercados, las notas dejadas en las carteleras, las visitas a los clubes náuticos buscando conectarme con mi verdadero mundo, comenzaron a dar sus frutos de manera sorprendente. El martes 18 de enero de 2011 no seria un día cualquiera. Un llamado telefónico desato en mi la alegría que vine a buscar a Nueva Zelanda. Un velero de 31 pies llamado Cadillac necesitaba tripulación para participar en la regata de Bay of Islands, una sucesión de 9 regatas distribuidas en 3 días consecutivos que conforman una de las regatas más importantes del calendario.
Una vez finalizada la charla telefónica, una mezcla de adrenalina, excitación y alegría me erizo la piel por completo. Se trataba nada mas y nada menos que el comienzo de mi sueño. Hay que tener cuidado con lo que se sueña, porque a veces los sueños se cumplen.
Veleros de todas las categorías y de todas partes del país, pintaron de blanco las tranquilas aguas de la bahía en busca del triunfo.
Las 9 regatas fueron una mas increíble que la otra, y cada vez que me daba cuenta que estaba haciendo simplemente lo que me apasiona, se me llenaban los ojos de lagrimas. No puedo encontrar una descripción que explique lo que siento al ver la proa surcando las olas y la estela que marca nuestro recorrido. Pero eso es lo que quiero hacer toda mi vida, enfrentarme a las olas de la mejor manera y dejar una estela clara de la cual sentirme orgulloso.
Esos tres maravillosos días compitiendo a bordo del Cadillac parecieron ser el comienzo de una nueva etapa, donde la posibilidad de navegar de manera frecuente esta al alcance la mano, ya que me ofrecieron ser parte del equipo hasta fines de febrero, disputando las regatas que regularmente se realizan en Paihia y alrededores.
Pero lo mas increíble estaba por suceder. La semana siguiente a la regata Bay of Islands, el Cadillac no participaría en la correspondiente regata de los miércoles ya que el capitán se encontraba de viaje. Pero de todas maneras me instale en los muelles nuevamente en busca de un velero que necesite tripulación. Esta vez parecía no ser posible y cuando estaba por rendirme ante la situación, algo mas importante que la regata me golpeaba literalmente los hombros. Un auto se estaciono a mis espaldas y descendió del mismo un amigo local que, acompañado de una pareja, me invitaron a cenar a la casa. Se trataba de un croata y una “amiga” italiana que a bordo de un velero de 45 pies, cruzaron el Mar de Tasmania para arribar a Nueva Zelanda desde Australia en 10 días. Era mi oportunidad de generar un contacto formidable de cara al futuro. Todo parecía una película basada en mis ambiciones por conseguir formar parte de la tripulación de un velero que cruce los mares recorriendo el mundo. Con lujo de detalle seguía la conversación hasta que la misma llego a su momento culmine. En mayo, este velero emprenderá un viaje de 10 días desde Auckland hasta la isla de Tonga en el Pacifico y parece que necesita tripulación para realizar la travesía. Existe en internet una pagina web en la cual estoy registrado que se encarga de generar contactos entre patrones de veleros y tripulantes disponibles para coordinar viajes en mutuo beneficio. La charla finalizo con la siguiente frase por parte del croata: “Cristian, yo recibí un mail tuyo hace unos meses y me alegro de haberte conocido personalmente. Déjame tu mail y tu numero de contacto ya que hay muchas chances de ir a Tonga en Mayo”.
Suerte, coincidencia, preocupación y ocupación, destino, digámosle de cualquier manera. Pero siento que estoy muy cerca de lo que vine a buscar, y eso me encanta. Solo son charlas pero la posibilidad esta latiendo, y voy a hacer hasta lo imposible para subirme a ese barco en mayo y llegar a Tonga. El sueño comienza, y todavía no quiero despertarme…