Una Navidad fuera de Casa...

Unos meses atrás, cuando todavía estaba planificando el viaje al sudeste asiático mates de por medio en nuestra querida Queenstown, surgió la incógnita de donde seria mi próximo asentamiento en Nueva Zelanda. Fue allí donde escuche por primera vez la localidad de Russell, que se presentaba como un pequeño pueblo en la costa del mar justo en frente a otra ciudad un poco mas grande llamada Paihia...

La frase “pequeño pueblo a orillas del mar” me cautivo de inmediato y fue lo que me hizo decidir en ese entonces que una de esas ciudades seria mi proximo hogar. Todo indicaba que seria el lugar apropiado, y mucho mas cuando la conoci por primera vez con los chicos, cuando pasamos en Paihia una de nuestras noches del viaje por el pais con la van y la pude ver con mis propios ojos.
Ahora estoy aca, en Paihia, bien al norte de Nueva Zelanda. Un pueblo veraniego donde el turismo es la principal fuente de trabajo, ya que en temporada alta recibe numerosa cantidad de cruceros internacionales.
La búsqueda de trabajo y de hogar no se hizo esperar. Un nuevo golpe de suerte tocaba mis hombros y luego de tan solo 5 dias de haber llegado ya me encontraba con un trabajo fijo para los proximos meses. Otro nuevo puesto en lo que los kiwis llaman “la industria de la hospitalidad”, como housekeeper (mucamo) en un hotel 5 estrellas, seria mi principal fuente de ingreso para los proximos meses. Digo mi principal fuente de ingreso ya que por suerte no es la unica. Un sorprendente llamado telefonico me abriria las puertas al mundo de la gastronomia, como cocinero en el restaurant del club nautico que se encuentra ubicado a unos 5 kilometros de Paihia. Mucamo y cocinero en un restaurant, alguna vez lo habia pensado? La verdad que no, pero de eso se trata. De abrir la mente y aprender de lo que hasta ahora eran mundos desconocidos. Como me viene pasando a lo largo de estos 7 meses que me encuentro fuera de casa.
Faltan tan solo 3 dias para la Navidad. Esta sera la primera que pase fuera de mi lugar, lejos de mis seres queridos, en un pais totalmente distinto. Pero tambien sera la primera que pase cerca del mar, tan cerca de mi sueño, donde los deseos de tantas navidades pasadas parecen estar al alcance la mano. Va a ser inevitable sentir la nostalgia de mi Bariloche en estas fechas que vienen, pero la sensación de estar siempre acompañado por todos ustedes me ayuda a darme cuenta de lo que estoy viviendo. Estoy en Nueva Zelanda, donde tantas veces soñe con estar. Se esta acabando un año inolvidable para mi, donde la cantidad de satisfacciones que tuve fue increíble. Las navegadas de cada fin de semana durante el verano, el viaje con Marce al sur durante un mes, la llegada de la nueva luz de mis ojos el 30 de marzo, el viaje a Nueva Zelanda, el viaje a Asia… Un año que sin duda marco un antes y un después en mi vida. Una Navidad fuera de casa donde cada sonido de las copas brindando me recordara un deseo para cada uno de ustedes. Una Navidad fuera de casa que me hara recordar lo afortunado que soy de ser de donde soy. Una Navidad fuera de casa, acompañado como nunca por todos ustedes…